El “adiós” de los glaciares del Pirineo aragonés se propaga por todo el mundo. El último en advertir su fatal destino ha sido la Universidad de Rice, en Texas, Estados Unidos, que publicó recientemente la Global Glacier Casualty List (Lista Mundial de Víctimas Glaciares), incluyendo al glaciar ubicado en el Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido.
Junto a la masa de hielo pirenaica aparecen 17 glaciares más en riesgo alrededor de todo el planeta Tierra. Anderson (Estados Unidos), Dagu (China), Bauman (Nueva Zelanda) o Breifonn (Noruega) son algunos de los ejemplos que aparecen en el listado elaborado para este 2025, Año Internacional de la Preservación de los Glaciares.
“Aparece Monte Perdido, pero podríamos incluir todos los glaciares de los Pirineos porque todos están en riesgo crítico de desaparición”, sostiene Nacho López, científico del Instituto Pirenaico de Ecología (IPE), que monitoriza cada paso de estas estructuras geológicas.
“Respecto al resto, Monte Perdido es uno de los que mejores cifras presenta”, incide López, ya que, en 2024, pese a las limitadas nevadas de invierno, la primavera fue “húmeda” y dejó mucha nieve en cotas altas.
No deja de ser una “anomalía”, sostiene el científico, ya que en la tendencia de los últimos años la merma de hielo ha sido “catastrófica”.
A este respecto, desde el IPE valoran que, más o menos, cada cinco años puede darse un año como el pasado 2024, “neutro” en el que incluso “quedó un poco de nieve sin fundir”, pero que no compensan las pérdidas “definitivas” de 2022 y 2023.
En este período, el IPE estima que las pérdidas fueron cuatro veces por encima de la media. Con ello, López manifiesta que, normalmente, en un año suele perderse un metro y medio de espesor, mientras que en estos dos años las pérdidas alcanzaron los cuatro metros.
“Desde el año 2000, el calentamiento global ha provocado la desaparición de miles de glaciares en todo el mundo, muchos de ellos de vital importancia cultural, económica y ambiental para las comunidades humanas. La lista existe para recordar sus nombres y contar sus historias”, remarca la universidad.